Cuando pensamos en los huesos, creemos que es un esqueleto sin vida; sin embargo los huesos son un órgano vivo que crece y cambia de forma a lo largo de nuestra vida.
Gran parte de la formación de nuestros huesos es el resultado de las fuerza que utilizamos al presionar y al estirar, además de todas las actividades que realizamos en nuestra vida.
Por lo tanto, los huesos experimentan fuerzas enormes durante los movimientos que realizamos, a veces sin darnos cuenta del impacto de las mismas. Por ejemplo, cuando el talón da un triple salto y golpea el suelo, la fuerza es de alrededor de 15 veces tu peso corporal o el peso de un coche pequeño.
Descubre cuáles son las consecuencias del entrenamiento físico para los huesos.
¿Cómo cambia la estructura de los huesos con el ejercicio físico?
La respuesta del hueso a las fuerzas varía a lo largo de la longitud. Cerca de las articulaciones, los huesos se hacen más grandes y también más densos, mientras que los ejes óseos tienden a ser más grandes y gruesos con pocos cambios en la densidad ósea. Los huesos además cambian de forma. El eje del hueso de la espinilla comienza como un tubo circular, sin embargo se hace más ancho hacia atrás a medida que crece y empieza a moverse hasta que se convierte en forma de lágrima.
Si empezamos a cargar menos nuestros huesos, se consumen y los efectos no son menos dramáticos. Los astronautas pierden hasta un 1% de la masa ósea de las piernas en un mes cuando se encuentran en el espacio, mientras que las personas que sufren alguna lesión de la médula espinal pierden hasta la mitad de la masa ósea de su espinilla.
¿Cuál es el efecto del entrenamiento físico en los huesos?
Normalmente los músculos se adhieren cerca de las articulaciones, así que las fuerzas musculares son aún mayores que las fuerzas de impacto. El resultado, es que los huesos experimentan un gran impacto, esto es un total de más de cinco veces el peso corporal, incluso durante la marcha.
En este sentido, el hueso de la espinilla se acorta hasta un milímetro por un instante cuando tu pie toca el suelo al correr. El hueso detecta estos pequeños cambios y puede crecer de una manera asombrosa meses después de comenzar a realizar ejercicio, con la finalidad de reducir el riesgo de rotura.
Por ejemplo, el brazo de los jugadores de tenis que sostiene la raqueta tiene sus huesos un 20% más anchos y contienen un 40% más mineral óseo en comparación a su otro brazo, mientras que los corredores de velocidad tienen hasta un tercio más de hueso en su espinilla que las personas que no hacen ejercicio.
Pero no todo el ejercicio nos da huesos grandes y fuertes. Parece que se necesita de altos impactos como golpear el suelo de un salto o bien golpear una pelota de tenis para producir las fuerzas musculares y crear un impacto lo suficientemente grande como para hacer que los huesos cambien.
Como resultado, no todos los ejercicios parecen ser beneficiosos para los huesos, por ejemplo los nadadores y los ciclistas pueden tener el corazón, los pulmones y los músculos sanos, sin embargo sus huesos no son muy diferentes de las personas que no realizan ejercicio.
¿Cómo tener unos huesos fuertes durante más tiempo?
La formación de los huesos a través del impacto de fuerzas ocurre durante toda la vida: incluso a los 15 meses de edad los niños que comienzan a caminar tienen hasta un 40% más de hueso en su espinilla en comparación a los niños que aún no han empezado a caminar y los efectos duran por lo menos hasta su adolescencia.
Una vez que llegamos a nuestra altura final, los huesos parecen ser menos capaces de aumentar su anchura, sobre todo cerca de las articulaciones. Mientras que algunos de los beneficios desaparecen de forma gradual, una vez se deja de hacer ejercicio los huesos que siguen siendo ejercitados son más fuertes incluso tiempo después de haber finalizado con el entrenamiento.
¿Es beneficioso el ejercicio para nuestros huesos?
El ejercicio durante la infancia nos puede brindar huesos más grandes y más fuertes para el resto de nuestra vida. Esto es muy importante, ya que al hacer nuestros huesos más fuertes y grandes son menos propensos a romperse a medida que envejecemos. Realizar ejercicio es muy eficaz en la fabricación de huesos fuertes en los niños, además de la reducción de la pérdida ósea durante el reposo en cama , también para revertir la pérdida ósea en una lesión de la médula espinal.
Los efectos del ejercicio sobre la masa ósea en personas de edad avanzada ha sido hasta ahora mucho más pequeño. Esto es un gran problema, porque los huesos se rompen con mayor frecuencia a medida que se envejece. La falta de grandes mejoras en la calidad de los huesos es debido que no podemos producir tanta fuerza a medida que envejecemos o que los huesos son menos sensibles a las fuerzas que se produce.
Conclusión
Las fuerzas que actúan sobre los huesos durante los movimientos y el ejercicio diario tienen una fuerte influencia en el tamaño, la forma y la fuerza de los huesos. Si nos movemos menos ésto puede hacer que los huesos sean débiles y más propensos a romperse, pero ser activo y hacer ejercicio como correr, fútbol o tenis puede ayudar a que nuestros huesos sean más fuertes.
Referencia
- Alex Ireland, This is what exercise does to your bones. Para Businessinsider [Revisado en Junio de 2016]