Si alguna vez has intentado usar dietas para bajar de peso, muy probablemente te has encontrado con algunos mitos y prohibiciones. La dietética barata parece haber estigmatizado a algunos alimentos, y la sensibilidad a los carbohidratos es tan solo una arista de ello.
Los carbohidratos son seguramente los alimentos más repudiados por los dietistas ortodoxos, a tal punto que nos han hecho creer que son dañinos, sin importar su presentación, creando en nosotros un miedo o sensibilidad que se vuelve real, en la medida que creemos en ello con firmeza.
Para empezar, habrá que desmontar un mito: no existen alimentos carentes de carbohidratos. Incluso las frutas y vegetales contienen carbohidratos; comerlos no te volverá obeso, así como dejarlos no te garantiza ponerte en forma. De hecho, reducirlos de manera intempestiva puede traerte graves riesgos de salud.
Si pese a ésto sigues convencido de seguir una dieta tan prometedora como estricta, te invitamos a leer este artículo primero, para que te enteres verdaderamente de lo que es vivir con sensibilidad a los carbohidratos.
¿La sensibilidad a los carbohidratos es real?
La sensibilidad a los carbohidratos es tan real como imaginaria. Dicho de otra manera: es como esas mentiras que dichas mil veces acaban por volverse verdad.
Escuchamos tan a menudo que los carbohidratos nos engordan, que acabamos por evitarlos a toda costa. Curiosamente, la mente tiene un efecto más poderoso sobre el cuerpo de lo que puedas imaginar, y el miedo a los carbohidratos acaba por ser contraproducente.
Las personas con esta condición acaban por adelgazar, a medida que pierden líquido retenido, pero estos pequeños beneficios que obtienen son temporales, y malinterpretados.
De hecho, algunos estudios científicos han demostrado que, con la ecuación adecuada, se puede perder peso con mayor facilidad incluso sometiéndose a una dieta a base de grasas, siempre que sean debidamente administradas.
¿Por qué los carbohidratos afectan más a algunas personas?
Una verdad algo injusta: las personas delgadas procesan mejor los carbohidratos. Aunque no sea una respuesta muy agradable para muchos, lo cierto es que el nivel de tolerancia a los alimentos varía de persona a persona, según sus características.
Decir que las dietas altas en carbohidratos son malas, es tan válido como decir que las dietas altas en grasas o las dietas altas en proteína también lo son. Distintos tipos de dietas funcionan mejor para distintos tipos de personas.
La resistencia a la insulina, por ejemplo, es un factor que decidirá qué dieta es mejor para ti y cuál no lo es. Si desarrollas más sensibilidad a la insulina, tu cuerpo procesará mejor las dietas altas en carbohidratos. En caso contrario, puede resultarte más conveniente llevar una alimentación alta en grasas.
Determinar nuestro nivel de resistencia a la insulina no es sencillo. Normalmente, se prueba consumiendo cantidades elevadas de carbohidratos luego de un período de ejercicio constante. Si tu cuerpo no da signos de sentirse mal, tus niveles de insulina te permitirán llevar una dieta alta en carbohidratos, de hasta un 40 o 50 por ciento en la ingesta diaria. En caso contrario, eres sensible a los carbohidratos, y será mejor probar otra dieta.
¿Cómo se desarrolla la sensibilidad a los carbohidratos?
La exageración en el miedo a los carbohidratos se produce normalmente de la siguiente manera:
- El dietista asume que los carbohidratos son malos.
- Se abstiene de incorporarlos a tu dieta.
- Se pierde peso en la medida en que se elimina el líquido que antes retenían los carbohidratos; líquido, por otra parte, que a veces es necesario.
- Los resultados rápidos le convencen, y cree que está eliminando grasa, aunque no sea así.
- Se produce una etapa de estancamiento.
- El estancamiento genera hambre y frustración, y acaba por volver a consumir carbohidratos.
- Se crea la sensibilidad a los carbohidratos, pues el cuerpo los rechaza, generando enfermedad, mareo y un aumento de peso más veloz del normal.
- El dietista acaba asumiendo que, en efecto, los carbohidratos le hicieron ésto, y que por lo tanto son malos.
- Se suele repetir el ciclo.
Como verás, este fenómeno se puede interpretar como una suerte de síndrome de abstinencia al cual el propio dietista se induce innecesariamente.
¿Cómo elegir los carbohidratos adecuados?
Para quienes han entrado en el círculo de la sensibilidad a los carbohidratos, es más difícil elegir una dieta adecuada.
Si quisieras elegir una dieta Paleo, por ejemplo, tendrías que tener en cuenta que elegir una dieta con muy pocos grasas te expondrá a un cierto riesgo, pues quedarás virtualmente carente de de calorías.
Por otra parte, una dieta carente de carbohidratos es más difícil de seguir, en tanto no logres conectar alimentos que te atraigan espontáneamente.
Poco a poco deberás volver a acostumbrarte al hecho de que el cuerpo necesita carbohidratos, e incorporarlos gradualmente en tu dieta.
¿Cómo volver a tomar carbohidratos si has seguido una dieta cetogénica?
Pasar de un porcentaje de cero a un 40 por ciento en un mes es una buena opción, aumentándolo gradualmente, y ayudándote con fuentes naturales de carbohidratos.
Referencia
- Adam Bornstein. Why Some People Can Eat More Carbs Than Others. Para Greatist. [Consultado en mayo de 2016]