La Dieta Salvaje esta basada en la Dieta Paleo, una dieta a base de alimentos básicos frescos y carne animal sin estar procesada, como los que solían ingerir los humanos primitivos. Es un tipo de dieta baja en carbohidratos y alta en grasas que puede resultar atractiva para las personas que desean dejar de comer alimentos procesados y pasar a una forma más tradicional de comer.
Al igual que la dieta paleo, la dieta salvaje se enfoca en alimentos integrales, como proteínas magras, grasas saludables y vegetales.
Descubre en qué consiste y los alimentos que debes aplicar en la Dieta salvaje, incluyendo sus beneficios para la salud.

¿Qué es la Dieta Salvaje?
La Dieta Salvaje es un plan de alimentación bajo en carbohidratos y alto en grasa creado por Abel James. E similar a la dieta paleo en muchos aspectos, incluso en su énfasis en fuentes de alimentos tradicionales y enteros, como la carne, el pescado y las verduras.
Los principios de la dieta salvaje son relativamente sencillos:
- Evitar los granos, alimentos procesados y azúcares.
- Priorizar los alimentos integrales: la dieta hace hincapié en los alimentos integrales, sin procesar. Por ello, se recomienda la elección de productos orgánicos, carne de animales criados en el pasto y pescados capturados en la naturaleza.
- Mantén una ingesta baja de carbohidratos: las fuentes de carbohidratos que puedes ingerir incluyen frutas, algunos almidones y muchas verduras sin almidón.
- Come muchas proteínas y grasas saludables: las proteínas de alta calidad, como los huevos, la carne y el pescado; así como las grasas saludables, como el aceite de oliva, las nueces y las semillas, deben ser sus principales fuentes de energía.
- Opta por saltarte la dieta una vez a la semana: puedes disfrutar de algún aperitivo que desees una o dos veces por semana: así puedes satisfacer los antojos y acelerar el metabolismo.

¿En qué consiste la dieta salvaje?
La dieta salvaje no implica contar calorías: simplemente te alienta a mantenerse alejado de ciertos alimentos. Asimismo, está destinada
a aumentar la capacidad de tu cuerpo para quemar grasas de manera eficiente.
Abel James afirma que «la dieta salvaje no es una dieta, sino un estilo de vida» y que el programa es completamente personalizable para los gustos y objetivos individuales.
Las comidas en esta dieta deben centrarse en gran medida en verduras y al mismo tiempo de otros grupos de alimentos.
- Verduras: las verduras de hoja verde deben constituir la mayoría de las comidas.
- Proteínas: proteínas como la carne de res de pasto, el pollo, la carne de cerdo o los huevos, deben ocupar alrededor de una cuarta parte de su plato, con una porción del tamaño de la palma de la mano.
- Grasas: grasas como el aceite de coco, de oliva, de aguacate, carnes grasas o nueces sin sal, deben agregarse a cada comida.
- Frutas: se recomienda mantener la ingesta de frutas en dos porciones por día para maximizar la pérdida de grasa.
De acuerdo con el sitio web Wild Diet (página oficial dirigida por Abel James), la distribución de los alimentos debe ser aproximadamente un 65% de alimentos vegetales y aproximadamente un 35% de carnes, grasas y aceites.

¿La dieta salvaje promueve la pérdida de peso?
Aunque no se dispone de estudios específicos sobre la dieta salvaje, una buena cantidad de evidencia apoya el uso de dietas bajas en carbohidratos, de alimentos integrales y altas en proteínas para promover la pérdida de peso.
Las dietas bajas en carbohidratos han demostrado ser un método efectivo para perder peso. Por ejemplo, un estudio de 148 adultos obesos observó que al aplicar una dieta baja en carbohidratos (con menos de 40 g de carbohidratos por día) había en ellos una mayor pérdida de peso en comparación con los que aplicaron una dieta baja en grasa. (Bazzano et al., 2016)
Por otra parte, en una revisión de 53 estudios con más de 68.000 participantes se demostró que las estrategias de pérdida de peso a través de una dieta baja en carbohidratos llevaron un promedio de 1,15 kg más de pérdida de peso a largo plazo que las versiones bajas en grasa. (David et al., 2015)
Por otro lado, la dieta salvaje también es relativamente alta en proteínas, un factor poderoso en la pérdida de peso, pues es el más saciante de todos los nutrientes, lo que puede evitar comer en exceso y aumentar la pérdida de peso.
Una revisión de 9 estudios en 418 personas reveló que aquellos que siguieron hiperproteicas de 4 a 24 semanas experimentaron una pérdida de peso de más de 2,08 kg que aquellos que aplicaron hipoproteicas. (Dong, Qin, Zhang y Wang, 2013). Además, esta dieta hace hincapié en productos frescos, como verduras y frutas, y en eliminar alimentos procesados como bebidas cargadas de azúcar y dulces horneados, lo cual implica que mejores tu salud y disminuyas el exceso de peso.

3 beneficios para la salud de la dieta salvaje
Aparte de promover la pérdida de peso, la dieta salvaje también puede ofrecer otros beneficios adicionales.
1. No requiere contar calorías
La mayoría de dietas enfatizan la restricción de calorías sobre los alimentos nutritivos y de alta calidad. No obstante, con este método, al restringir los alimentos procesados con alto contenido calórico y al consumir alimentos ricos en nutrientes, los seguidores de la Dieta salvaje pueden encontrar el éxito sin tener que preocuparse por rastrear las calorías.

2. Ayuda a controlar el azúcar en la sangre
Dado que la dieta salvaje elimina alimentos procesados, como los azúcares agregados y los carbohidratos simples, puede ser una buena opción para aquellos que luchan por controlar el azúcar en la sangre.
Los estudios demuestran que la dieta salvaje mejora la sensibilidad a la insulina y reduce los niveles de azúcar en la sangre en personas con diabetes tipo 2. (Frassetto et al., 2015)

3. Reduce el riesgo de cáncer
Eliminar los alimentos procesados puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer; pues un estudio en 104.980 personas encontró que un aumento del 10% en la proporción de alimentos procesados en la dieta, se asoció con un riesgo mayor de 10% de cáncer de mama y cáncer en general. (Allès et al., 2018)
Referencias
- Allès, B., Beslay, M., Chanttal, J., Deschasaux, M., Fassier, P., Hercberg, S., Kesse-Guyot, E., Lavalette, C., Martel, P., Méjean, P., Sellem, L. y Touvier, M. (2018). Consumption of ultra-processed foods and cancer risk: results from NutriNet-Santé prospective cohort. theBMJ. doi: 10.1136/bmj.k322
- Bazzano, L., He, J., Hu, T., Li, S., Niu, T., Reynolds, K., Steffen, L., Yao, L. y Whelton, P. (2016). Adherence to low‐carbohydrate and low‐fat diets in relation to weight loss and cardiovascular risk factors. Obesity Science and Practice. doi: 10.1002/osp4.23
- David, S., Deirdre, T., Frank, B., JoAnn, Ludwig, M., Mu, C. y Walter, W. (2015). Effect of low-fat diet interventions versus other diet interventions on long-term weight change in adults: a systematic review and meta-analysis. The Lancet Diabetes and Endocrinology. doi: 10.1016/S2213-8587
- Dong, J., Qin, L., Zhang, Z. y Wang, P. (2013). Effects of high-protein diets on body weight, glycaemic control, blood lipids and blood pressure in type 2 diabetes: meta-analysis of randomised controlled trials. British Journal of Nutrition. doi: 10.1017 / S0007114513002055
- Frassetto, L., Kennedy, M., Masharani, U., Schloetter, M., Sebastian, U., Sherchan, P., Stratford, S. y Xiao, U. (2015). Metabolic and physiologic effects from consuming a hunter-gatherer (Paleolithic)-type diet in type 2 diabetes. European Journal of Clinical Nutrition. doi: 10.1038 / ejcn.2015.39