Todos solemos tener siempre a mano una receta infalible para impresionar a nuestros invitados: una buena ensalada caprese o unas gambas al estilo mediterráneo te pueden hacer ganar unos cuantos halagos sinceros, pero no son todo lo que hay que saber en la cocina.
Más allá de las recetas compuestas o de poseer eso que llaman «buen sazón», cocinar correctamente es un proceso, y como tal obedece a reglas y fórmulas que hay que respetar, antes de poner a volar la imaginación.
Si quieres añadir eficiencia y salubridad a tus dotes culinarios, es indispensable que conozcas un factor muy importante: la contaminación cruzada o los procesos de almacenaje de alimentos.
7 errores en el almacenamiento de comida que debes evitar
1. Arrojar las frutas y verduras en el mismo cajón de la nevera
Pese a la creencia popular, arrojar los alimentos en la nevera no es una garantía de que se conservarán perfectamente.
Un primer error común en la cocina, es no usar espacios separados para almacenar frutas y verduras, lanzándolos juntos en un mismo cajón. Algunas frutas, como las manzanas o bananas, emiten gas de etileno, el cual deteriora a los vegetales.
La mayoría de neveras tienen al menos dos contenedores para almacenar productos de origen vegetal: usarlos de manera separada, dejando espacio para que circule el aire entre ellos, prologará su vida útil.
Es importante también no llenar al máximo los envases. Hacerlo hace que elementos blandos como la calabaza o las uvas se estropeen por la presión del peso de los demás alimentos.
2. Guardar la comida caliente en envases de plástico
Los envases plásticos para la cocina son prácticos, y eso nadie lo pone en duda. No obstante, solemos usarlos en situaciones de apuro, violando leyes básicas de almacenamiento de alimentos, lo cual puede traer graves consecuencias, como las siguientes:
- Un posible envenenamiento alimenticio. Esto se debe a que la comida así guardada genera un ambiente propicio para la creación de bacterias.
- Un mayor riesgo de obesidad: tener todo a mano es una buena excusa para comer constantemente, y la norma indica que casi todo lo que guardamos «para después», es la comida menos saludable.
- Mayor riesgo de cáncer: estos envases suelen contener un químico llamado BPA o Bisfenol A, que es una sustancia tóxica presente en los plásticos y que se libera con el calor. En su lugar, debes optar por recipientes de vidrio o cerámica, y guardar la comida allí una vez que esté fría.
3. Abrir el horno para revisar la comida dentro
Si bien es cierto que nadie quiere una pizza o un pastel quemados, revisar lo que se cocina en el horno es dañino, no solo para la comida, sino para ti también.
Algunos expertos han indicado que hacerlo genera un cambio en la temperatura bastante drástico y perjudicial para el organismo, no permitiendo además que los alimentos se cocinen a su ritmo adecuado.
En lugar de eso, busca un horno con puerta de vidrio e iluminación interna, con lo cual podrás resistir la tentación de abrir y asomarte. Otra idea sería mirar solo una vez cuando la comida lleve dentro la mitad del tiempo recomendado, pues así puedes ver cómo va todo realmente, y aún así prevenir algún exceso de cocción.
4. Guardar comida en la parte de arriba del refrigerador
Sí, sabemos que puede parecer una idea práctica si te sobra comida que no requiera mayor refrigeración, o si te falta espacio en la cocina. No obstante, las neveras emiten calor, lo cual puede disminuir la vida útil de tus alimentos.
Si se trata de alimentos que no requieren refrigeración, lo mejor es buscar lugares frescos y con poca iluminación o humedad, como gavetas o cajas en las demás áreas de la cocina.
No solo la comida se ve afectada por el calor de la nevera: licores como el vino son susceptibles de dañarse, pues deben permanecer en temperaturas no mayores a los 26 o 29 grados Celsius. Si dejas un vino sobre la nevera y su color cambia a amarillo o marrón, es muy seguro que se haya echado a perder.
5. Asar la verdura a altas temperaturas
Una textura caramelizada y perfecta para los vegetales asados es casi un utopía para muchos principiantes en la cocina. No obstante, un regla general es no asarlos a muy altas temperaturas.
Los expertos recomiendan una media de 200º C para asar los vegetales. Ir más lejos puede hacer que se quemen por fuera, sin haber iniciado verdaderamente su cocción interna, fundamental para lograr un buen sabor.
También es importante que no amontones demasiados vegetales en una misma sartén. Darle a cada elemento su espacio es un factor determinante en su correcta y tan anhelada caramelización.
6. Lanzar los cuchillos al fregadero
Si has notado cómo, sin razón aparente, tus cuchillos pierden el filo, es mejor que revises la manera en que los limpias.
La fuerte presión del agua fría en algunos fregaderos aumenta las posibilidades de deterioro de los objetos filosos. Y esto incluye no solo a los cuchillos tradicionales, sino también a los peladores de verduras o a los ralladores.
Lo correcto sería lavar los cuchillos y demás objetos filosos con agua tibia, con una esponja suave, secándolos luego con un trapo delicado de cocina, y guardándolos de inmediato. Esto hará que conserven su filo por más tiempo.
7. Lavar las frutas y verduras nada más llegar a casa
Apresurarte a lavar las frutas y verduras apenas llegando a casa después de comprarlos, puede traer ciertas ventajas prácticas: ciertamente estarán listos para cuando los vayas a usar en la cocina, pero también se corren riesgos de conservación.
La humedad y la nevera combinan mal con esta clase de elementos. A menos que tengas un restaurante con un flujo constante de comida, dejarlos guardados así aumenta las posibilidades de moho y descomposición.
La única excepción a esta norma la constituyan los hongos como los champiñones y otras setas, que aún con la humedad se mantendrán conservados por bastante tiempo.
Referencia
- Marygrace Taylor. 9 Common Mistakes You’re Making in the Kitchen. Para Greatist. [Revisado en Mayo de 2016]