Una de las premisas más importantes y populares del mundo moderno tiene que ver con disfrutar las cosas que haces: si bien antes buscar un trabajo significaba encontrar una labor que supieras hacer y que se pagara al menos de forma decente, las nuevas generaciones cada vez se enfocan más en conseguir empleos que disfruten.
A la hora de insertarse en el mundo laboral, muchos jóvenes se ponen a prueba a sí mismos en busca de ofertas, pero muy pocos son capaces de dar con el trabajo de sus sueños al primer intento. ¿Todavía no sabes si lo que haces es —o no— tu vocación? Basta con identificar alguna de estas 6 señales de que tu trabajo te está haciendo infeliz.
6 señales de infelicidad en el trabajo
1. Odias a todos tus compañeros de trabajo
Es de lo más normal que siempre haya alguien en la oficina con el que no puedas, por más que lo intentes, llevarte bien. De entrada, esa no es una razón para decir que tu trabajo te hace miserable e infeliz. Sin embargo, cuando te sientes igual respecto a todos y cada uno de tus compañeros de trabajo, es momento de revisarse.
Puede que de vez en cuando los problemas del trabajo bajen tus ánimos, pero cuando el drama en la oficina constantemente te hace enojar o te coloca en situaciones incómodas, eso quiere decir que el ambiente de trabajo es tóxico y debes huir de él.
Según la Asociación Americana de Psicología (APA), el estrés no sólo puede jugarle malas pasadas a tu mente, sino que, además, puede tener un efecto importante sobre tu salud. No te dejes contaminar por las malas energías.
2. No te pagan lo suficiente
Un sueldo bajo —o que consideres que no se ajusta a la cantidad de trabajo que realizas— es aceptable al principio. Sin embargo, si con el tiempo sientes que tu trabajo está siendo subestimado y no recibes la recompensa económica que mereces, puede que sea momento de ir revisando los anuncios laborales del periódico de la mañana.
Si te sientes triste porque tu sueldo no da cuenta de tu esfuerzo, busca un empleo que si te lo ofrezca. Deja de pensarlo tanto. A veces es mejor hacerse paso en un nuevo ambiente en lugar de luchar para que una compañía te compense justamente.
3. Nunca ves a tus amigos ni familia
Sabes que las cosas están mal cuando pasas tanto tiempo lejos de tus hijos que un día, sin previo aviso, te das cuenta de que han crecido y tú te has perdido demasiado de ese proceso.
Un mal balance entre tu vida personal y el trabajo pueden llevarte a una vida triste y solitaria. Ya sea que pases demasiado tiempo en la oficina o debas estar pendiente las 24 horas del día de tu celular, un trabajo que dañe tus relaciones personales no es adecuado para ti.
No te harás ningún favor si te quedas en ese lugar de trabajo. Al final, tanto trabajo y ninguna diversión solo te hará improductivo e infeliz. “Las compañías que apoyan el bienestar de sus empleados y le permiten tener tiempo para su recuperación hacen su parte en crear un lugar de trabajo sustentable en los cuales los empleados no se estresen y se vuelvan inefectivos”, asegura el profesor de psicología Shawn M. Burn, para en artículo de la revista «Psicología Hoy».
4. Odias los domingos porque debes volver al trabajo el lunes
Hay que ser sinceros: si pudiéramos pasar todo el domingo echados en pijama, muchos lo haríamos. Algo causa en ti este último día de la semana que te conviertes en morsa. Eso, hasta cierto punto, es válido. Pero, ¿qué pasa cuando los domingos se convierten en una especie de escape, cuando no quieres que anochezca porque eso significa volver a esa tortuosa rutina laboral que odias? Es momento poner las cosas en perspectiva: ¿por qué me molesta tanto ir a trabajar?
Si levantarse todos los días es una batalla emocional, puede ser una señal de que le tengas terror a tu empleo. Y si, además, detestas los domingos, las cosas están aún peor para ti. Si consigues un trabajo que te haga feliz, esos miedos desaparecerán más rápido de lo que imaginas. Puede que ni siquiera necesites un despertador, pues estarás tan emocionado de ir a trabajar que tu cuerpo se despertará automáticamente.
5. Te quejas demasiado de tu trabajo
Hablemos de las quejas, de esa frase pesada que muchos aman usar, pero que todo el mundo preferiría no tener que escuchar nunca.
Si de verdad eres infeliz en tu trabajo, gastarás mucho tiempo quejándote de él. Aunque tus amigos y familia no quieran escucharte tan siquiera un poco, malgastarás gran parte de tu energía explicándole a ellos o cualquiera la razón de tu desdicha.
Muchas quejas y pocas acciones pueden significar dos cosas: que te estás convirtiendo en un anciano cascarrabias… o que necesitas un cambio de ambiente. En cualquiera de los dos casos, la mejor solución es buscar hacer otras cosas, cosas que disfrutes un poco —o mucho— más.
6. Estás irritable
Cuando eres infeliz o estás de mal humor, es de lo más normal querer que otros se encuentren en la misma posición que tú. Es ese el momento en el que te conviertes en esa versión de ti mismo que parece un enanito verde: otro pequeño cascarrabias.
En ese estado, te molestarán cosas insignificantes como que tus compañeros cuchicheen a tu alrededor o mastiquen goma de mascar demasiado alto. Y lo que es mucho peor, puede que esto afecte de forma muy negativa a tus relaciones con amigos y familia.
“La mejor manera de reducir la irritabilidad es descubrir que es lo que te hace irritable, y reconocerlo”, señaló el psicólogo Guy Winch en una entrevista para la revista Psicología Hoy. Si el origen de tu mal humor es un trabajo nefasto que no te hace feliz, puede que sea momento de decirle adiós.
Referencia
- Cain, A. 8 señales de que su trabajo le está haciendo infeliz, para Business Insider [Revisado en julio de 2017].