Una dieta vegetariana tiene tantas ventajas como desventajas. No comer carne roja o carne blanca podría representar una pérdida de proteína y hierro que podrían causar (en casos extremos) problemas de salud como desnutrición, anemia y debilitar el sistema inmunológico. Sin embargo, una dieta vegetariana equilibrada (o sea, no sólo quesos, cereales y fruta o verdura ocasional) ofrece muchas ventajas, por ejemplo un consumo mucho menor de grasas saturadas, más fibra y podría ser más barato.
Existen muchas buenas razones para ingerir menos carne. La decisión de volverse vegetariano es muy personal y no se debe tomar a la ligera, pero aminorar tus porciones de carne te brindará diferentes beneficios.

¿Por qué disminuir el consumo de carne?
1. Mejora la salud cardiovascular
Aunque no elimines la carne de tu dieta, consumir menos de ésta es beneficioso para tu sistema cardiovascular.
La carne roja contiene muchas grasas saturadas que con el tiempo pueden causar muchas complicaciones, específicamente en el corazón. Por contra, las dietas vegetarianas te pueden ayudar con la salud de tu corazón, pues están repletas de alimentos ricos en antioxidantes.
Los antioxidantes son moléculas que pueden reducir el daño causado por el estrés oxidativo, incluyendo la aterosclerosis. De hecho, un estudio realizado en 44.000 personas informó que los vegetarianos tenían un 32% menos de probabilidades de desarrollar una enfermedad cardíaca isquémica (Crowe, Appleby, Travis y Key, 2013).
En este mismo orden de ideas, un creciente cuerpo de investigación logró demostrar que las personas que comían más alimentos de origen vegetal y menos productos de origen animal tenían un menor riesgo de morir por un derrame cerebral, ataque cardíaco u otro evento cardiovascular (Kim et al., 2019).

2. Previene el cáncer
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado de forma clara el consumo de carne como uno de los posibles motivos de desarrollo de algunos tipos de cáncer. De hecho, consideran a la carne roja como probablemente cancerígena para los seres humanos, mientras que las carnes procesadas se las consideran definitivamente como cancerígenas.
Además, reconocen que aún existe un largo camino para encontrar una respuesta definitiva a la relación entre el consumo de estos tipos de carne y el cáncer, pero por el momento ya ha sido incluido en sus listas.
Una dieta basada en plantas puede ofrecer protección contra el cáncer. De hecho, vemos un menor riesgo de cáncer gastrointestinal entre los vegetarianos que comen lácteos y huevos, según un estudio publicado en 2013. Además, el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer establece que una dieta basada en plantas reduce el riesgo de cáncer, y que el consumo de carne roja y carne procesada lo aumenta (Tantamango-Bartley, Jaceldo-Siegl, Fan y Fraser, 2013).

3. Es mejor para el planeta y los animales
La cría de animales para la carne ejerce presión sobre muchos de nuestros recursos naturales. Por lo tanto, hacer un esfuerzo consciente y colectivo para comer un poco menos podría ser de gran ayuda cuando se trata de cuidar a la Madre Tierra.
La cantidad de agua que se necesita para cultivar los alimentos necesarios para alimentar a los animales es sorprendente. La industria cárnica y láctea es responsable del 27% de la huella hídrica total a nivel mundial. Para poner esto en perspectiva, se necesitan más de 4.500 litros de agua para producir un filete de 220 gramos, pero solo 300 litros para producir 30 g de almendras.
Por otro lado, desde el momento en que cobras conciencia real de la cantidad de sufrimiento que hay detrás de un plato de carne o pescado, resulta difícil seguir viendo su consumo de forma normalizada. No hace falta recurrir a truculentos documentales ni a imágenes tomadas con cámara oculta para darse cuenta de que el sufrimiento animal es una realidad. Basta con echar un vistazo por la ventanilla cuando viajemos en coche y observemos cómo viajan los animales camino del matadero.

8 maneras fáciles de comer menos carne
Si tu objetivo es ser vegetariano o simplemente comer menos carne, aquí hay algunas opciones para hacer el cambio. Esto no se trata de ser perfecto. Si hay un par de alimentos a los que simplemente no puedes renunciar ahora mismo, trata de hacer todo los demás.
- Comienza despacio. Si tu dieta es alta en carne, cambiar gradualmente los productos de origen animal por selecciones de origen vegetal.
- Disfruta de una hamburguesa vegetariana. Muchos restaurantes ofrecen hamburguesas vegetarianas, así que sustituye la hamburguesa de carne por una de portobello o lentejas. Pídela con tus vegetales y condimentos favoritos
- Veganiza tus recetas preferidas. Hay versiones a base de plantas de todos tus platos favoritos.
- Prueba un lunes sin carne. La iniciativa “lunes sin carne” es una excelente manera de disfrutar de platos a base de plantas un día a la semana. ¡Y siempre puedes agregar más días sin carne!
- Prueba sándwiches sin carne. En lugar de un sándwich de pavo, agrega aguacate, hummus, espinacas y brotes entre dos rebanadas de pan integral. O elige un burrito de frijoles negros y vegetales sin pollo. Cubierto con guacamole o salsa apenas notarás que no tiene carne.
- Reemplaza la carne molida con lentejas o champiñones picados.
- Encuentra alternativas vegetales a la carne que te encanten. Actualmente hay en el mercado varios sustitutos de jamón, salchichas o chorizo a base de plantas.
- “Vegetarianiza” tus platos favoritos. Con un conejo a la brasa no funcionará, evidentemente, pero en una preparación con ingredientes variados -estofados y otros platos con salsas, salteados, platos con queso, pasta o tacos mexicanos – en la que te gusta el sabor del conjunto, te seguirá gustando igual si le quitas la carne.

Conclusión
En términos nutricionales, económicos y de sentido común no consumir carne parecería ser más razonable. Haz la prueba, deja de comer carne una o dos semanas y verás lo rápido que se adapta tu metabolismo y tu cartera a los nuevos hábitos.
Referencias
- Crowe, F., Appleby, P., Travis, R. y Key, T. (2013). Risk of hospitalization or death from ischemic heart disease among British vegetarians and nonvegetarians: results from the EPIC-Oxford cohort study. The American Journal of Clinical Nutrition. doi: 10.3945/ajcn.112.044073
- Kim, H., Caulfield, L., Garcia‐Larsen, V., Steffen, L., Coresh, J y Rebholz, C. (2019). Plant‐Based Diets Are Associated With a Lower Risk of Incident Cardiovascular Disease, Cardiovascular Disease Mortality, and All‐Cause Mortality in a General Population of Middle‐Aged Adults. Journal of the American Heart Association. doi: 10.1161/JAHA.119.012865
- Tantamango-Bartley, Y., Jaceldo-Siegl, K., Fan, J. y Fraser, G. (2013). Vegetarian Diets and the Incidence of Cancer in a Low-risk Population. Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention. doi: 10.1158/1055-9965.EPI-12-1060