La dieta alcalina, también conocida como dieta ácido-alcalina o dieta de cenizas alcalinas se basa principalmente en la idea de que los alimentos que comemos pueden modificar la acidez de nuestro cuerpo (es decir, el valor del pH).
El punto fundamental de esta dieta es reemplazar los alimentos ricos en ácidos por alimentos alcalinos. Algunas personas creen que realmente esta dieta es milagrosa y que proporciona resultados excepcionales, pudiendo ayudar a prevenir y curar diferentes enfermedades, incluso el cáncer.
¿Cómo funciona la dieta alcalina?
Normalmente, cuando metabolizamos los alimentos y extraemos la energía de ellos, en realidad estamos quemándolos, aunque de una manera lenta y controlada. Durante la combustión, los alimentos dejan residuos en forma de ceniza, la cual puede ser ácida, alcalina o neutra.
Los defensores de esta dieta proclaman que de acuerdo al tipo de cenizas que se hayan formado, se puede modificar la acidez de nuestro organismo. Al parecer, las cenizas ácidas nos harían más vulnerables a diferentes enfermedades, mientras que las alcalinas son consideradas como protectoras. Por lo tanto, a más alimentos alcalinos consumidos, deberíamos tener una mejor salud.
¿Qué alimentos componen la dieta alcalina?
Existen tres grupos de alimentos que son considerados como ácidos, alcalinos o neutros:
- Ácidos: Carne, aves, pescado, lácteos, huevos, cereales y alcohol.
- Neutros: Grasas naturales, almidón y azúcares.
- Alcalinos: Fruta, verdura, legumbres y frutos secos.
Los componentes principales de los alimentos que crean un entorno ácido serían la proteína, el fosfato y el sulfuro, mientras que los alimentos alcalinos tendrían como principales componentes el calcio, el magnesio y el potasio (Remer y Manz, 1995).
¿Cuáles son los niveles de pH normales?
El valor del pH es básicamente la medida para determinar si un componente es ácido o alcalino. Para determinarlo, se siguen los siguientes criterios:
- 0-7 es ácido.
- 7 es neutro.
- 7-14 es alcalino
Algunas personas sostienen que se debería medir el pH de la orina a partir del test de tiras reactivas, siendo lo más adecuado que su valor se situara en 7 o menos de 7. Sin embargo, el valor del pH varía mucho en nuestro propio cuerpo y algunas partes serán más alcalinas que otras, o viceversa, por lo que no existe un valor fijo para todo el organismo.
Por ejemplo, el estómago contiene ácido clorhídrico y ello le da al pH un valor entre 2 y 3,5, es decir muy ácido, ya que lo necesita para descomponer los alimentos. Por otra parte, la sangre humana siempre es ligeramente alcalina, con un valor pH entre 7,35-7,45.
¿La comida cambia el pH de la sangre?
Si los niveles de pH de la sangre bajasen podría ser señal de que padecemos algún problema y que por lo tanto necesitaríamos consultar con un médico, pero esto solamente sucedería como consecuencia de ciertas enfermedades, y no tiene absolutamente nada que ver con lo que hayamos comido.
Para evitar que el pH de nuestra sangre baje en exceso, nuestro cuerpo cuenta con una serie de mecanismos para regularlo. Estos mecanismos se conocen como homeostasis ácido-base y hacen prácticamente imposible que causas externas puedan cambiar el pH sanguíneo, incluyendo también a la alimentación.
¿La comida cambia el pH de la orina?
Por contra, la alimentación sí que puede cambiar el valor pH de la orina, aunque no parece ser demasiado relevante para nuestro organismo (Bonjour, 2013). La orina es uno de los principales medios por los cuales nuestro cuerpo regula el pH de la sangre. Por eso, si comemos un alimento con un alto contenido ácido nuestro organismo se encargará de excretar el ácido producido a través de la orina.
Por lo tanto, el pH de orina carece de valor a la hora de determinar el nivel general de pH de nuestro organismo y tampoco es un indicador fiable para saber cuál es nuestro estado de salud.
¿Los alimentos ácidos provocan osteoporosis?
La osteoporosis es una enfermedad ósea degenerativa que se caracteriza por una disminución del contenido mineral de los huesos. Es bastante común en mujeres que han pasado la menopausia y puede incrementar el riesgo de sufrir fracturas.
Muchos defensores de la dieta alcalina señalan que nuestro organismo toma minerales alcalinos de los huesos para amortiguar el efecto de los alimentos ácidos que consumimos y poder mantener un pH constante. Es decir, una dieta basada en alimentos procesados como la que sigue gran parte de la población provocaría una pérdida de la densidad mineral ósea.
Esta teoría no tiene en cuenta que nuestros riñones producen iones de bicarbonato que neutralizan los ácidos de nuestra sangre y regulan nuestro pH, por lo que no tendría sentido señalar a los ácidos como causa principal de la osteoporosis (Koeppen, 2009).
Gracias al sistema excretor y al sistema respiratorio podemos controlar nuestro pH, ya que los iones de bicarbonato junto a los ácidos de la sangre forman el dióxido de carbono (el cual expulsamos a través de la respiración) y agua (la cual orinamos), por lo que mantenemos el equilibrio ácido-base de nuestro organismo.
Otro factor que ignora esta teoría es que ignora una de las principales causas de la osteoporosis: la pérdida de colágeno de los huesos (Saito y Marumo, 2010), la cual está paradójicamente relacionada con niveles bajos de ácido ortosicílico y ácido ascórbico, el cual conseguimos a través de la vitamina C (Rondanelli, Opizzi, Perna y Faliva, 2013).
Tampoco existe ninguna relación entre un alto contenido ácido en la dieta y la densidad ósea o el riesgo de fracturas ni entre el pH de la orina y la salud ósea (McLean et ál., 2011; Pedone et ál., 2010; Fenton et ál., 2010).
Es más, parece ser que las dietas altas en proteína se relacionan con una mejor salud ósea y apenas tienen impacto en los niveles de calcio de nuestro organismo (Promislow, Goodman-Gruen, Slymen y Barrett-Connor, 2002; Fenton, Tough, Lyon, Eliasziw y Hanley, 2011). Las razones por las cuales parece suceder esto es por el incremento de la retención de calcio y por la activación de la hormona IGF-1, que estimula la reparación muscular y ósea (Bonjour, 2005; Fenton, Lyon, Eliasziw, Tough y Hanley, 2009).
Por lo tanto, podemos ver que nuestros huesos no están involucrados en el proceso que provoca la osteoporosis en el organismo y que las dietas compuestas de alimentos con alto contenido ácido no solamente no perjudican nuestra salud ósea, sino que podría llegar a mejorarla.
¿Los alimentos ácidos provocan cáncer?
Algunas teorías sostienen que el cáncer únicamente puede aparecer en un entorno ácido y que por lo tanto podría ser tratado e incluso curado gracias a una dieta alcalina. Sin embargo, esta teoría puede ser desmontada por dos razones:
- El pH sanguíneo jamás puede ser modificado por la alimentación.
- Aunque el pH de la sangre o de otros tejidos se alterase, las células cancerígenas no se desarrollarían con más facilidad. De hecho, el cáncer se desarrolla normalmente en tejidos orgánicos con un pH ligeramente alcalino de 7,4 (Martínez-Zaquilán et ál., 1996).
Es cierto que los tumores crecen más rápidamente en un entorno ácido, pero el entorno ácido no es el responsable de la aparición de cáncer, más bien es el propio cáncer el que crea un entorno ácido, lo que a su vez provoca que el tumor crezca a mayor velocidad (Moellering et ál., 2008). Por lo tanto, no existe relación alguna entre el seguimiento de una dieta alta en ácido y el cáncer.
Conclusión
La dieta alcalina es bastante saludable en comparación con otras dietas, ya que fomenta el consumo de fruta, verdura, legumbres y frutos secos y restringe completamente la comida basura.
Sin embargo, no existe evidencia de que la creación de un entorno alcalino en el organismo sea propicia para tener una mejor mejor salud. De hecho, los ácidos son algunos de los componentes clave para tener un organismo saludable, como los aminoácidos y los ácidos grasos.
Por lo tanto, es recomendable quedarse con lo mejor que aporta esta dieta (consumo de alimentos naturales y restricción de los procesados) pero sin evitar los alimentos altos en proteína ya que, aunque suban el pH de la orina, son esenciales para una salud plena.
Referencias
- Leech, J. The Alkaline Diet Myth: An Evidence-Based Review. Authority Nutrition.
- Bonjour, J. P. (2005). Dietary protein: an essential nutrient for bone health. Journal of the American College of Nutrition, 24(6 Suppl), 526-536.
- Bonjour, J. P. (2013). Nutritional disturbance in acid–base balance and osteoporosis: a hypothesis that disregards the essential homeostatic role of the kidney. British Journal of Nutrition, 110(7), 1168-1177.
- Fenton, T. R., Eliasziw, M., Tough, S. C., Lyon, A. W., Brown, J. P. y Hanley, D. A. (2010). Low urine pH and acid excretion do not predict bone fractures or the loss of bone mineral density: a prospective cohort study. BMC Musculoskeletal Disorders, 11(88). Doi: 10.1186/1471-2474-11-88.
- Fenton, T. R., Lyon, A. W., Eliasziw, M., Tough, S. C. y Hanley, D. A. (2009). Meta-Analysis of the Effect of the Acid-Ash Hypothesis of Osteoporosis on Calcium Balance. Journal of Bone and Mineral Research, 24(11), 1835-1840.
- Fenton, T. R., Tough, S. C., Lyon, A. W., Eliasziw, M. y Hanley, D. A. (2011). Causal assessment of dietary acid load and bone disease: a systematic review & meta-analysis applying Hill’s epidemiologic criteria for causality. Nutrition Journal. doi: 10.1186/1475-2891-10-41.
- Koeppen, B. M. (2009). The kidney and acid-base regulation. Advances in Physiology Educacion, 33(4), 275-281.
- Martínez-Zaquilán, R., Seftor, E. A., Seftor, R. E., Chu, Y. W., Gillies, R. J. y Hendrix, M. J. (1996). Acidic pH enhances the invasive behavior of human melanoma cells. Clinical and Experimental Metastasis, 14(2), 176-186.
- McLean, R. R., Quiao, N., Broe, K. E., Tucker, K. L., Casey, V., Cupples, L. A.,… Hanan, M. T. (2011). Dietary Acid Load Is Not Associated with Lower Bone Mineral Density Except in Older Men. The Journal of Nutrition, 141(4), 588-594.
- Moellering, R. E., Black, K. C., Krishnamurty, C., Baggett, B. K., Stafford, P., Rain, M.,…Gillies, R. J. (2008). Acid treatment of melanoma cells selects for invasive phenotypes. Clinical and Experimental Metastasis, 25(4), 411-425.
- Pedone, C., Napoli, N., Pozzilli, P., Laureatani, F., Bandinelli, S., Ferrucci, L., Antonelli-Incalzi, R. (2010). Quality of diet and potential renal acid load as risk factors for reduced bone density in elderly women. Bone, 46(4), 1063-1067.
- Promislow, J. H., Goodman-Gruen, D., Slymen, D. J. y Barrett-Connor, E. (2002). Protein consumption and bone mineral density in the elderly: the Rancho Bernardo Study. American Journal of Epidemiology, 155(7), 636-644.
- Remer, T. y Manz, F. (1995). Potential renal acid load of foods and its influence on urine pH. Journal of the American Dietetic Association, 95(7), 791-797.
- Rondanelli, M., Opizzi, A., Perna, S. y Faliva, M. A. (2013). Update on nutrients involved in maintaining healthy bone. Endocrinología y Nutrición, 60(4), 197-210.
- Saito, M. y Marumo, K. (2010). Collagen cross-links as a determinant of bone quality: a possible explanation for bone fragility in aging, osteoporosis, and diabetes mellitus. Osteoporosis International, 21(2), 195-214.