En la vida activa diaria, escuchamos ir y venir la palabra estrés. Quizás en algunos casos con significados diluidos, de tanto nombrarla, pero es una condición real, que nos afecta y muchas veces ignoramos.
El estrés no es una quimera y no es algo que podemos ignorar y ya, porque tiene el poder de afectarnos, no solo en nuestro desempeño profesional, sino incluso en el desenvolvimiento de nuestro cuerpo. De hecho, se han establecido conexiones entre el estrés y la dificultad para perder peso, incluso, con una ganancia de peso debido a desregulaciones de procesos normales en nuestro cuerpo.
Por ello, es imperativo explorar el efecto que puede tener el estrés en nuestro peso y actuar con respecto a ello.
Causas del estrés
Este es un tema subjetivo, ya que cada quien experimenta la vida a su modo y tendrá distintas razones para sentirse estresado. Sin embargo, sí que hay características que siempre se encuentran en el tope de las listas cuando se le pregunta a alguien la razón de su estrés.
Entre las principales causas del estrés tenemos las responsabilidades profesionales o de emprendimiento, los conflictos familiares, problemas económicos y, por ultimo, problemas de salud. No obstante, aunque estas sean las razones más comunes, no significa que sean las únicas.
De todas formas, este tipo de problemas, que afectan más la parte psicológica, no son los únicos motivos para estar estresado, ya que también hay deficiencias físicas que pueden conllevar a altos niveles de estrés. Por ejemplo, si no estamos recibiendo las horas de sueño necesarias cada noche, nos sentiremos cansados durante todo el día, produciéndonos más estrés.
¿Por qué el estrés puede engordar?
Cuando sentimos estrés, el cuerpo se ve afectado por una sobreabundancia de cortisol o hidrocortisona, una hormona con propiedades de esteroides que eleva los niveles de azúcar en la sangre y que suprime el sistema inmunológico, a favor de ayudar a metabolizar las grasas, proteínas y carbohidratos. Aquí vemos la conexión directa del estrés con el control de nuestro peso.
1. el Cortisol hace a las células menos reactivas
Altos niveles de cortisol hacen que los receptores de la insulina y la leptina se vuelvan menos sensibles, por lo que pierden niveles de reacción y no pueden hacer bien su trabajo, ya que el sistema nervioso no lee sus señales.
En el caso de una insulina alta, el cuerpo no liberará la grasa de sus células de grasa, de modo que la grasa quedará atrapada dentro de sus células. Por otra parte, la leptina es la hormona que regula la grasa que tenemos y que tan rápido la estamos perdiendo. Cuando sus niveles son altos, nos sentimos llenos y no sentimos necesidad de seguir comiendo.
Ahora podemos ver claramente el problema. Si nuestro cerebro no puede leer las señales de la insulina y la leptina por culpa del cortisol, subiremos de peso. Por un lado, no estaremos liberando la grasa de las células de nuestro cuerpo, y por otro siempre tendremos una sensación de hambre.
2. El cortisol aumenta la inflamación
En el cuerpo existen varios tipos de grasa. Por ejemplo, la grasa bajo la piel, la que podemos tocar y agarrar, es la grasa subcutánea; mientras que la grasa más profunda, la que envuelve nuestros órganos, es la llamada grasa visceral.
Cuando estamos bajo estrés y nuestro cuerpo experimenta altos niveles de estrés, es normal que se retenga mucha más grasa visceral, la cual es más peligrosa que la subcutánea, ya que se encuentra alrededor de los órganos y puede ocasionar distintos problemas.
Del mismo modo, retener más grasa está relacionado directamente con señales de inflamación en el organismo, lo cual crea un ciclo, donde la grasa ayuda a la inflamación y la inflamación a la grasa. Esto puede convertirse en un problema grave rápidamente.
3. El cortisol desregula las hormonas del hambre
La leptina, que ya nombramos arriba, ayuda a controlar nuestro apetito. Por lo tanto, cuando sus niveles son bajos, sentiremos hambre, y cuando sus niveles son altos sentiremos saciedad. Pero también hay otra hormona que regula el apetito, llamada ghrelina, la cual es liberada cuando nos sentimos hambrientos, acentuando este sentimiento.
Ambas hormonas se ven afectadas por el cortisol, de modo que el cuerpo pierde el control de la regulación de estas hormonas. Esto resulta en una ansiedad elevada que nos lleva a comer de más, y al dar rienda suelta a ese sentimiento, podemos subir rápidamente de peso.
Conclusión
El estrés puede ser causado por diversos motivos físicos y psicológicos. Una vez experimentamos altos niveles de estrés, nuestro cuerpo incrementará sus niveles de cortisol, lo que puede resultar en diversos problemas relacionados a la regulación del cuerpo en nuestro cuerpo.
Por lo tanto, el estrés no causa directamente la gordura, pero si crea el escenario y la plataforma necesaria para que podamos perder el control de nuestro peso. Ahora el problema se trata no de enfocarnos en regular nuestro peso, que es importante, sino también en eliminar el problema de raíz y atacar el estrés.
Referencia
- Levya, J. Is Stress Sabotaging Your Weight Loss Results? Para Builtlean [Revisado en mayo de 2018]