Presentarse a una cita romántica sin tomar una ducha después de haber estado en el gimnasio sudando no es lo más recomendable.
Cuando la temperatura corporal aumenta, por ejemplo en días de calor intenso, las glándulas sudoríparas comienzan su trabajo liberando una solución conformada por agua, cloruro de sodio y otros electrolitos. La función de las glándulas sudoríparas es, fundamentalmente, regular la temperatura corporal.
El ejercicio te acelera
La sudoración no es sólo causada por el aumento de la temperatura corporal. Al hacer ejercicio, la frecuencia cardíaca y presión arterial se elevan. En esta situación el cuerpo también responde con sudoración.
Ejercicios repetitivos como el levantamiento de pesas pueden incluso llevar a las glándulas sudoríparas a segregar sudor aún sin haberse elevado la temperatura del cuerpo. Y cuando la presión arterial disminuye al finalizar el entrenamiento, es posible que la sudoración pueda continuar: esto se debe a que los músculos permanecen todavía estimulados.
Más allá de que en ocasiones pueda resultar una gran molestia, sudar es una función vital en nuestro organismo. Permite mantener la temperatura del cuerpo estable y que sudes más durante el entrenamiento no quiere decir que estés quemando más calorías ni que el entrenamiento esté siendo más efectivo.
Razones que te harán sudar más durante tus entrenamientos
Existen algunos factores que afectan la manera en que transpiras. El consumo de alcohol y comidas picantes te harán sudar más. Lo mismo sucederá en días de calor o mucha humedad ambiente. El consumo café y su efecto diurético, por otra parte, podrían causar el efecto contrario.
Habitualmente, los hombres sudan más que las mujeres. Ambos sexos poseen el mismo número de glándulas sudoríparas, pero un estudio demostró que las mujeres producen menos sudor por glándula. Esto puede deberse al hecho de que los hombres tienden, por lo general, a pesar más y contar con mayor masa muscular, lo cual va en línea con el aumento de sudración.
Los riesgos de sudar demasiado
Sudar es incómodo. A nadie le agrada sentirse pegajoso luego de una sesión en el gimnasio. Es una sensación molesta que experimentamos todos. Y sudar, lo hacen tanto aquellos que están realmente en forma como los que no.
Todo el mundo está de acuerdo en una cosa: es más que importante beber abundante agua antes y después de ejercitarse. Algunos estudios sugieren que incluso algunos atletas profesionales no estarían bebiendo la cantidad de agua suficiente que sus cuerpos necesitan para mantenerse hidratados.
Si se pierdes un volumen de agua mayor al sudar que el que ingresa al organismo al beber, el resultado es la deshidratación. La ecuación es clara. La deshidratación influye negativamente en la capacidad del cuerpo para regular su temperatura, pudiendo incluso impactar en el rendimiento deportivo.
Referencias
- Locke Hughes, Why Do I Sweat More Than Everyone Else?! Para Greatist [Revisado en Octubre de 2015].