Por lo general, la protección de tu piel contra el sol y los insectos significa utilizar lociones y sprays. Los rayos del sol pueden dañar la piel y causar el envejecimiento prematuro y el cáncer. Las picaduras de insectos, por su parte, no solo son incómodas, sino que cada vez más están asociadas con enfermedades.
Los dermatólogos recomiendan el uso de 28 grs de protector solar para cubrir todo el cuerpo antes de la exposición solar y además cuidarse de los rayos ultravioleta. Sin embargo, aunque el protector solar sea el adecuado para la protección de la piel, existen varios productos naturales, tanto orales y tópicos que se han demostrado que pueden ayudar a proteger la piel del sol y tener propiedades naturales para repeler los insectos.
8 remedios para cuidar tu piel del sol y los insectos
Remedios naturales para protegerse del sol
1. Algas marinas
Investigadores japoneses han encontrado evidencia de que existen antioxidantes en algunas algas comestibles que pueden ayudar a proteger la piel contra el desarrollo de arrugas cuando ésta se expone a la luz ultravioleta B (UV). Un estudio en el 2011 en animales encontró que el uso de antioxidantes derivados de algas reduce tópicamente marcadores que causan cáncer.
La fucoxantina es un antioxidante que se encuentra en variedades de algas marinas marrones y un tipo de carotenoide. Debido a que las algas tienen que protegerse de la radiación UV, ya que crecen en un ambiente marino, los investigadores creen que esta protección se puede transferir a los seres humanos que la consumen o la utilizan por vía tópica.
2. Tomates
Al igual que las algas, los tomates también contienen antioxidantes en la familia de los carotenoides. Los estudios llaman a los carotenoides “fotoprotectores”, que significa que contiene un compuesto que ayuda a los organismos vivos combatir los daños causados por la luz ultravioleta del sol.
Los tomates proporcionan el licopeno que es muy importante, ya que es el compuesto de la planta que da al tomate su color rojo y que se encuentra relacionado con la protección de la piel de los rayos UV. Otra cosa particularmente fascinante de los tomates es que al cocinarlos proporcionan aún más licopeno biodisponible a tu cuerpo. Por eso, está bien incorporar a tu dieta variedades enlatados de tomates u otros productos derivados de éste.
Por otro lado, existen estudios que demuestran que la ingesta de 8 mg a 16 mg al día de un suplemento de licópeno, incluyendo el procedente de tomates o pasta de tomate, demostró que entrega cierta protección contra las quemaduras durante la exposición UV.
3. Betacaroteno
El betacaroteno se encuentra en verduras de color naranja como la calabaza o la batata y en frutas como el albaricoque y el melón. Se acumula en la piel de las personas que lo consumen a niveles más altos y es beneficioso para el sistema inmunológico y los ojos, pero además ha demostrado que protege nuestra piel contra el enrojecimiento y el daño por radiación del sol y posiblemente para proteger contra el envejecimiento prematuro, incluyendo arrugas, pigmentación, sequedad y falta de elasticidad.
El betacaroteno es diferente a los filtros solares tópicos, que proporcionan menos protección. La ingesta de suplementos de betacaroteno recomendada que van desde 25 mg hasta 180 mg de 10 a 12 semanas, han demostrado que reducen el enrojecimiento de la piel después de la exposición, aunque conviene tener en cuenta que los estudios no han demostrado un beneficio en la prevención del cáncer a la piel o pigmentación de la piel.
4. Té verde
Se ha demostrado que el antioxidante en el té verde llamado catequina protege contra la inflamación asociada con quemaduras de sol y los rayos UV. En un pequeño estudio en humanos en lo que los participantes se les dio 540 mg de catequinas del té verde combinado con 50 mg de vitamina C por 12 semanas, los investigadores observaron una disminución significativa en el enrojecimiento después de la exposición ultravioleta. Otro estudio en el que los participantes consumieron té verde durante 12 semanas, también se vio una mejora en el enrojecimiento asociado con la exposición al sol.
Asegúrate de mantenerte hidratado e incluir té verde o extracto de éste en tu dieta, sin olvidar que la protección adecuada para la piel sigue siendo el protector solar.
5. Melatonina
La melatonina es una hormona compuesta en gran parte en el cuerpo por la glándula pineal (que se encuentra en el cerebro), lo que nos ayuda a dormir, aunque investigaciones recientes han demostrado que la melatonina está presente en otras partes del cuerpo, incluyendo la piel.
Algunas personas utilizan la melatonina por vía oral como una ayuda para dormir o para la adaptación al cambio de tiempo cuando se viaja. Además, existen evidencias de que la melatonina tópica juega un papel importante en ayudar a proteger la piel contra la radiación UV y otros tipos de estrés ambiental a través de la actividad antioxidante.
No obstante, conviene aclarar que muchos de los estudios realizado sobre la melatonina para protegerse del sol se hacen en conjunto con otras vitaminas antioxidantes tópicos, tales como E y C.
Asegúrate de hablar con tu médico antes de comenzar un tratamiento con un producto como la melatonina para verificar de que no estás interactuando con otros medicamentos que estés tomando.
6. Vitaminas C y E
Las plantas pueden protegerse del daño solar UV a través de la presencia de antioxidantes, especialmente las vitaminas C y E que se encuentran en las hojas y tallos. Cuando se utiliza por vía tópica en humanos o animales, algunas combinaciones de esta vitaminas ofrecen cierta protección contra el enrojecimiento y el daño de la exposición solar.
Tomar vitamina C y E juntas por vía oral ha demostrado tener cierta reducción del enrojecimiento de los rayos ultravioleta, además la vitamina C se usa tópicamente con la vitamina E y la melatonina teniendo resultados positivos similares cuando se aplican antes de la exposición UV (no durante o después).
Puedes abastecerte con vitamina C con el consumo de pimientos rojos, fresas, brócoli, papaya y piña, entre mucha otras frutas y verduras frescas. Por su parte, las semillas de girasol, almendras, espinacas, acelgas y el aguacate son buenas fuentes de vitamina E.
Remedios naturales para proteger tu piel de los insectos
1. Apio
Existen algunos estudios sobre los extractos de semilla de apio usados tópicamente; sin embargo por desgracia comer apio no parece proteger contra las picaduras de mosquitos.
Un estudio en el 2004 se encontró que la aplicación tópica de extracto de apio proporcionó tres horas de protección contra los mosquitos, fue bien tolerada en la piel y no causó irritación. Múltiples estudios han demostrado que el extracto del apio trabaja de forma comparable al DEET (el ingrediente más habitual usado en los repelentes).
Debes tener en cuenta que estos estudios se han hecho con aplicaciones tópicas, por lo que comer apio probablemente no va a ayudar a repeler insectos, sin embargo, el apio es un alimento muy saludable por lo que te recomendamos ingerirlo también para beneficiarte de otras de sus propiedades.
2. Aceites naturales y esenciales
Los estudios muestran que los aceites de eucalipto de limón y otros aceites vegetales como el de lavanda, citronela o canela, pueden ser posibles alternativas no tóxicas para el DEET, que se encuentra en los repelentes de insectos para evitar las picaduras de mosquitos y garrapatas. Estudios previos han demostrado que aunque el aceite de eucalipto de limón es ligeramente menos eficaz que el DEET, pueden aún funcionar relativamente bien como repelente.
Debido a que los aceites esenciales son volátiles o de corta duración, su protección es más potente a la primera hora de aplicación.
Referencia
- Ginger Hultin, 8 Natural ways to protect your skin from sun and bugs. Par Livestrong [Revisado en Agosto de 2016]