La sociedad debe asumir la responsabilidad colectiva de reducir el daño causado por los trastornos ocasionados por el consumo de alcohol. Es es una de las premisas a la que llegan investigadores de la Universidad de Otago.
Y es que, desde el Departamento de Medicina Psicológica de la Escuela de Medicina Dunedin de Nueva Zelanda, argumentan que, si bien muchas personas disfrutan del alcohol y que solo una minoría desarrolla un trastorno por consumo de esta sustancia, las consecuencias negativas de tal trastorno pueden ser graves y prolongadas (Rapsey et al. 2018).
Ahora bien, el estudio realizado, que a su vez ha sido publicado en Alcohol and Alcoholism, utilizó datos de una reconocida encuestadora en dicho país para estudiar las transiciones del consumo de alcohol hasta la degeneración final que es bien conocido como alcoholismo.
¿Por qué se produce el alcoholismo?
De los casi 13.000 participantes, del estudio, el 94,6 % había consumido alcohol al menos una vez, el 85,1 % había tomado al menos 12 bebidas en el último año y el 16 % había desarrollado un trastorno por alcoholismo. Cifras que si bien pertenecen al estudio de la encuesta, no dejan de arrojar una realidad preocupante (incluso para los no alcohólicos).
Por otra parte, lo más preocupante fue que, con cada aumento del 10% en el número de personas que consumen alcohol en el grupo de edad y género de una persona, había una mayor probabilidad de que desarrollaran un trastorno de alcohol en el año siguiente.
Dicho esto, para los jóvenes, las normas de los grupos de iguales influyen en el consumo de alcohol. Por lo tanto, si las personas de un grupo de pares beben, es más probable que quien no suele beber o no le guste hacer, termine bebiendo. También, lo interesante que arrojó este estudio es que las probabilidades de desarrollar este trastorno son más altas en el futuro, dependiendo de varios factores. No obstante, la mayoría de personas que bebían comenzaron en la escuela secundaria y pasaron rápidamente de consumir alcohol a tener un trastorno por alcoholismo.
¿Cuándo se empieza a desarrollar el alcoholismo?
La realidad es demoledora. Teniendo en cuenta que muchos adolescentes abandonan la escuela secundaria a los 18 años de edad, el 79 % de los jóvenes de 18 años habían consumido alcohol y el 57 % bebía regularmente (Rapsey et al. 2018). Un dato que es revelador para entender esta enfermedad.
De igual manera, de los que desarrollaron un trastorno por consumo de alcohol, el 50% lo hizo a los 20 años y el 70% a los 25 años, lo cual revela que el génesis de esta terrible enfermedad se da desde los años más productivos de un ser humano promedio: durante la juventud.
¿Quiénes son más susceptibles al alcoholismo?
Otro hallazgo clave fue proporcionado por las personas que viven con trastornos por consumo de alcohol durante mucho tiempo antes de experimentar la remisión. Nada más y nada menos que el 45 % de las personas aún cumplen con los criterios para un trastorno por alcohol después de 10 años. Por otra parte, los hombres tienen mayor riesgo de desarrollar alcoholismo y tienen menos probabilidades de dejar de fumar.
Medidas para prevenir el alcoholismo
Esta investigación destaca también una marcada responsabilidad colectiva entre los miembros de una sociedad: al reducir los impulsores de los niveles generales de consumo, tenemos la oportunidad de reducir el daño colateral que pueda hacerse a los demás.
Por otro lado, los inconvenientes relativamente pequeños: limitar la disponibilidad del alcohol y los precios más altos del alcohol pueden tener una influencia significativa en la reducción de los daños relacionados con el alcohol. Aunque, no son totalmente implacables para erradicar esta conducta.
Políticas públicas para erradicar el alcoholismo
Los investigadores de este estudio sostienen que el trabajo que han venido desarrollando se suma a un conjunto de otras iniciativas que promueven políticas dirigidas a reducir el consumo en general.
Asimismo, El informe de la Comisión de Ley sobre el Alcohol en Nuestras Vidas, indica que se hicieron una serie de recomendaciones basadas en evidencias para reducir los daños relacionados con el alcohol en Nueva Zelanda. Desafortunadamente, las regulaciones en el país oceánico no han adoptado muchas de las recomendaciones que tenían el potencial para cambiar la vida de las personas. De hecho, hay una investigación clara para guiar a los responsables de la formulación de políticas si existe voluntad social y política.
Finalmente, esta última investigación también indica que los recursos para prevenir y tratar los trastornos por consumo de alcohol deben centrarse en los menores de 25 años en particular. En sí, los individuos ubicados en este rango de edad son los más susceptibles a volverse alcohólicos, (Rapsey et al, 2018).
Además, aunque la mayoría de los trastornos se desarrollan en personas jóvenes, un trastorno por alcoholismo es una condición crónica y, por lo tanto, el tratamiento debe estar disponible durante muchos años, con el consecuente gasto que conlleva en políticas de sanidad.
Referencia
- Rapsey, C., Wells, E., Bharat, C., Glantz, M., Kessler, R., Scott, K. (2018). Transitions Through Stages of Alcohol Use, Use Disorder and Remission: Findings from Te Rau Hinengaro, The New Zealand Mental Health Survey. Alcohol & alcoholism. doi: 10.1093 / alcalc / agy069