Casi todas las personas sufren dolor e inflamación muscular de vez en cuando. El dolor muscular puede involucrar un área pequeña o todo el cuerpo, e ir desde un nivel leve hasta insoportable. Y si bien en la mayoría de los casos, los dolores musculares desaparecen por sí solos en un período breve, en ocasiones pueden permanecer durante meses. Estos pueden manifestarse en casi todo el cuerpo, incluidos el cuello, la espalda, las piernas e incluso las manos.
¿Alguna vez has pensado en el significado detrás de la frase «no pain, no gain«? Mucha gente toma esta declaración literalmente y, desafortunadamente, el resultado final puede ser una lesión. Por ello, es de suma importancia que escuchemos lo que nuestros cuerpos nos dicen tanto durante como después del ejercicio.

Dolor y ejercicio físico
El ejercicio es una parte importante de un estilo de vida saludable y activo; sin embargo, también puede causar dolor en los músculos, el cual es como el malestar muscular que se siente pasado uno o dos días después de haber realizado algún tipo de rutina entrenamiento, siendo más comunes en aquellos que se inician en el mundo del entrenamiento físico, cambian de rutina o integran nuevos movimientos o duración de su ejercicios.
Cuando una persona se centra en realizar ejercicio en una determinada zona del cuerpo (piernas, brazos, espalda), al día siguiente sufre de un intenso dolor en dicha zona. Tener ese sentimiento de molestia puede ser beneficioso para tu cuerpo, aunque en otras ocasiones este dolor se puede considerar como negativo para tu cuerpo. Es decir, existen dos tipos de dolores que debes diferenciar.

Dolor bueno después de hacer deporte
Suena difícil de creer, pero en realidad hay un buen dolor, y es el que se produce durante un ejercicio, que no te limita, y que te permite continuar hasta que llega el momento en el que el músculo se bloquea debido al agotamiento.
Una persona que está comenzando a realizar sus rutinas de ejercicio por primera vez, o retoma sus entrenamientos después de ausentarse durante mucho tiempo del gimnasio, está más expuesta a sufrir estas molestias, pues el musculo se está adaptando y obteniendo resistencia y fortaleza ante el trabajo realizado.

Dolor malo después de hacer deporte
El dolor malo es ese que te dice que hay algo más que una simple molestia pasajera; más bien lo que te puede decir es que un órgano corporal o parte de tu cuerpo está bajo mucho estrés y es posible que su integridad y funcionalidad se comprometan si no haces algo al respecto.
Esto no sólo pasa en el tejido muscular, el cual se resiente durante y después de los entrenamientos por períodos no mayores a 2 o 3 días (no debiendo extenderse más de este período), sino también en otros tejidos, como el tejido conectivo, lo que puede provocar la famosa “tendinitis”, que va a afectar tu rendimiento físico y hasta puede causarte dolores en actividades de tu vida diaria.
¿Cómo saber si el dolor que sufres es peligroso?
Muchas veces no es fácil distinguir cuándo es que estás sintiendo “dolor bueno” o “dolor malo”. Es fácil confundirnos cuando nos sentimos abrumados por una sensación que no nos agrada. Por ello, te mostramos 3 tipos de dolores después de hacer ejercicio que debes tomar en consideración.

1. Dolor de tobillo
El dolor de tobillo puede ser causado por lesiones de sobrecarga y esguinces, así como por fracturas o roturas de hueso. Puede haber hinchazón, dolor y rigidez si la articulación del tobillo ha sufrido un esguince o si se han lesionado las articulaciones de los dedos del pie. No obstante, muchas veces nos confundimos y creemos que es más grave de lo que en realidad es.
De igual forma, debes estar atento a los síntomas que se presentan, por ejemplo, si no puedes mantener el peso sobre el tobillo, debes consultar a un médico por si fuera necesario hacerte radiografías. Esto es especialmente importante si tienes sensibilidad al tocar el hueso en la parte externa del tobillo, lo que podría indicar que has sufrido una fractura.
A menudo, los remedios caseros pueden ayudar a aliviar el dolor, como aplicar hielo para reducir la hinchazón, mantener los pies en alto y los analgésicos de venta libre para reducir el dolor y la inflamación. Sin embargo, si te duele, se hincha mucho o se trata de una herida abierta, deberías acudir al médico. También es importante consultar a un profesional si no puedes apoyarte sobre el pie, te cuesta andar; o si tienes quemazón, entumecimiento o eres diabético.

2. Dolor de rodilla
Las rodillas es una de las partes más expuestas a tener problemas, bien sea por un accidente, malas técnicas de entrenamiento o el uso inadecuado de zapatillas o ropa deportiva.
Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de Estados Unidos, (NIAMS, por sus siglas en inglés), «los problemas mecánicos de las rodillas pueden ser provocados por un golpe o movimiento brusco que cause un esguince, torcedura o rotura, y una osteoartritis, que es causada por el uso y desgaste de sus partes».
No obstante, en su mayor parte, las lesiones de rodilla rara vez son una emergencia a menos que estés levantando demasiado peso y escuches un chasquido. Por ejemplo, si escuchas un estallido en el momento de la lesión, una hinchazón significativa dentro de la rodilla o un bloqueo de ésta, esto puede indicar que es una lesión grave y debe ser revisado por un médico de medicina deportiva.

3. Dolor de cadera
La cadera es una de las mayores articulaciones que soportan el peso corporal, por lo que el dolor de cadera es muy común. Se puede sentir en muchas zonas relacionadas del cuerpo; como los muslos, las ingles, las nalgas y la articulación de la cadera.
La articulación de la cadera está diseñada para moverse fluidamente, lo que le permite soportar el movimiento repetido y el desgaste; por ejemplo, al correr para subir al autobús. Pero cuando los músculos, nervios, ligamentos y tendones (tejidos blandos) se someten a estrés, en especial con la edad, se pueden inflamar y provocar dolor de cadera.
Es importante saber que un dolor de cadera nunca debe ser ignorado, porque generalmente suelen ser problemas que deban ser solucionados con la ayuda de un profesional.
Por ejemplo, si sientes «dolor en la ingle» que aumenta cuando terminas de hacer ejercicio, especialmente si se presenta cada vez más temprano y tarda más en desaparecer, podría ser un signo de una fractura por estrés en el cuello femoral. Este síntoma es especialmente preocupante en mujeres jóvenes y perimenopáusicas que participan en carreras de larga distancia. Puede requerir cirugía y debe ser revisada por un médico ortopédico.

Conclusión
La mayoría de las lesiones sanan solas con reposo, aplicándote hielo o manteniendo elevado el lugar lesionado. Sin embargo, si el dolor no desaparece luego de una semana, consulta a un especialista para que pueda indicarte el tratamiento adecuado. Y desde luego, no te esperes si tienes cualquier duda o si el dolor o la inflamación aumentan.
Si prestas atención a tu cuerpo y atiendes cualquier lesión rápidamente, podrás volver pronto a tu rutina de ejercicios y seguir manteniendo el estilo de vida sano que has elegido.
Referencias
- Melon, L. 10 Ways to Tell Good Pain From Bad Pain. Para Livestrong. [Revisado en agosto del 2019].