Entrenamiento para personas con escoliosis: lo que sí y lo que no

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Contenido del artículo

La escoliosis es una condición que altera la alineación natural de la columna vertebral. Aunque puede parecer un obstáculo para entrenar, con el enfoque correcto es posible mantenerse activo sin perjudicar la salud de la columna.

Adaptar el movimiento a tus necesidades no solo es posible, sino también recomendable. El ejercicio adecuado mejora la postura, reduce molestias y fortalece los músculos de soporte.

En este artículo exploramos qué tipo de ejercicio adaptado puedes hacer, qué movimientos deberías evitar y cómo planificar un entrenamiento seguro si tienes escoliosis.

escoliosis


¿Qué es la escoliosis y cómo afecta al cuerpo?

La escoliosis es una curvatura anormal de la columna vertebral en forma de “S” o “C”. Puede ser leve o más pronunciada.

Tipos más comunes

  • Idiopática: de origen desconocido, común en adolescentes
  • Congénita: presente desde el nacimiento
  • Degenerativa: asociada a la edad y desgaste articular

La condición puede generar asimetrías musculares, dolor lumbar y problemas de postura. Sin embargo, muchas personas llevan una vida activa con un entrenamiento adecuado.

Beneficios del ejercicio adaptado en casos de escoliosis

La actividad física es esencial, incluso si hay una desviación en la columna. El movimiento fortalece y estabiliza.

Mejora la postura

Trabajar la alineación corporal ayuda a reducir tensiones y compensaciones. Una mejor postura alivia molestias y equilibra los movimientos diarios.

Fortalece los músculos de soporte

Músculos fuertes alrededor de la columna aportan estabilidad. Esto protege estructuras articulares y mejora la tolerancia a la actividad.

Aumenta la movilidad

El ejercicio adaptado mejora la movilidad torácica, lumbar y pélvica. Esto favorece una mayor funcionalidad y reduce rigidez.

Reduce el dolor

Aunque no corrige la curvatura, el ejercicio bien aplicado puede aliviar el dolor muscular relacionado con la escoliosis.

Ejercicios recomendados para personas con escoliosis

No existe una única rutina ideal. El enfoque debe ser individual y progresivo. Sin embargo, algunos ejercicios son seguros y beneficiosos.

Estiramientos suaves

Ayudan a liberar tensiones musculares y mejorar la movilidad de la columna.

  • Estiramiento de gato-vaca (movimiento controlado de columna)
  • Inclinaciones laterales suaves
  • Postura del niño en yoga

Fortalecimiento del core

Un abdomen fuerte reduce la sobrecarga en la espalda.

  • Plancha frontal (con buena alineación)
  • Bird-dog (movimiento cruzado de brazos y piernas)
  • Elevación de pelvis

Entrenamiento de espalda

Fortalecer la espalda mejora el equilibrio muscular y la postura.

  • Remo con banda elástica
  • Superman (elevación alternada de brazos y piernas)
  • Ejercicios isométricos de escápulas

Trabajo de equilibrio

El control corporal es esencial para evitar compensaciones y mejorar la estabilidad general.

  • Ejercicios sobre bosu o superficies inestables
  • Posturas de equilibrio en un pie
  • Caminata en línea recta lenta


Ejercicios que se deben evitar o modificar

No todos los ejercicios son adecuados. Algunos pueden aumentar la compresión en la columna o favorecer desequilibrios.

Evita cargas axiales pesadas

El peso sobre la cabeza puede incrementar la presión en vértebras con curvatura. Evita press militar con barra o sentadillas con barra sobre la nuca.

Reduce ejercicios asimétricos mal controlados

Movimientos unilaterales con mala técnica pueden acentuar los desequilibrios ya presentes en la escoliosis.

No realices flexiones profundas sin control

Flexionar la columna de forma excesiva y sin soporte puede generar molestias. Evita abdominales clásicos con gran curvatura lumbar.

Cuidado con los impactos

Saltos repetitivos o ejercicios de alto impacto deben moderarse. Es mejor optar por variantes de bajo impacto controlado.

Consejos para entrenar con escoliosis de forma segura

Un entrenamiento correcto requiere atención al detalle y autoconocimiento. Aquí te dejamos algunos puntos clave.

Consulta con un especialista

Antes de comenzar, acude a un fisioterapeuta o médico especializado en salud de la columna. Esto permite conocer el tipo y grado de curvatura.

Apóyate en profesionales del movimiento

Entrenar con guía personalizada reduce riesgos. Un entrenador con experiencia en ejercicio adaptado puede ayudarte a ajustar tu rutina.

Prioriza la técnica

No busques hacer más, sino hacerlo mejor. La alineación corporal es más importante que el peso o la cantidad de repeticiones.

Escucha tu cuerpo

Dolor punzante, rigidez intensa o fatiga excesiva son señales de alarma. Ajusta la intensidad según cómo te sientas cada día.

Sé constante pero paciente

La mejora se da con el tiempo. Entrenar 2 o 3 veces por semana ya genera cambios importantes si lo haces con regularidad.

¿Qué rol tiene la postura en todo esto?

La postura no es solo cómo te ves de pie. Es la manera en la que tu cuerpo sostiene y distribuye el peso durante el movimiento.

Con escoliosis, algunas zonas trabajan de más y otras de menos. Un buen entrenamiento busca recuperar ese equilibrio, no forzar la columna a una “posición ideal”.

No se trata de corregir, sino de reeducar. El objetivo es que tu cuerpo se mueva de forma eficiente, estable y sin dolor.

Tener escoliosis no significa que debas evitar el ejercicio. Todo lo contrario. Moverse es una forma de cuidar la salud de la columna, mejorar la postura y ganar confianza corporal.

El secreto está en elegir un ejercicio adaptado, trabajar con técnica y rodearte de buenos profesionales. Cada cuerpo es diferente, y tu entrenamiento también debe serlo.

Con compromiso, paciencia y atención, el ejercicio puede convertirse en un gran aliado. Uno que te acompañe en el proceso de conocerte mejor y moverte con libertad.

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