El movimiento no solo transforma tu cuerpo, también influye en el funcionamiento interno. Algunas formas de actividad física pueden ayudarte a mejorar la digestión de manera natural, sin necesidad de fármacos.
Una rutina regular activa los órganos digestivos, mejora la absorción de nutrientes y favorece el tránsito intestinal. Incluso, ayuda a reducir la inflamación abdominal y el estreñimiento.
Moverte todos los días es una de las mejores decisiones para tu bienestar. Aquí te explicamos cómo y por qué.

¿Cómo influye el ejercicio en la salud digestiva?
La actividad física genera múltiples respuestas fisiológicas. Una de ellas es el aumento del flujo sanguíneo hacia el sistema digestivo, lo que promueve una mejor función intestinal.
Además, al mover el cuerpo, se estimula directamente la movilidad intestinal, permitiendo que los alimentos avancen con mayor facilidad por el tracto digestivo.
Mejora de la motilidad intestinal
La motilidad es la capacidad del sistema digestivo para mover los alimentos y desechos a través del intestino. Cuando hay poca movilidad intestinal, se presentan síntomas como hinchazón, gases y estreñimiento.
El ejercicio mejora este proceso. Las contracciones musculares ayudan a activar también los músculos del abdomen, lo que tiene un efecto directo sobre el intestino.
Regulación del sistema nervioso
La salud digestiva está estrechamente relacionada con el sistema nervioso. El estrés afecta la digestión, generando molestias como acidez o diarrea.
El ejercicio reduce el cortisol y mejora la respuesta del cuerpo ante situaciones estresantes. Esto se traduce en una mejor regulación digestiva.
Tipos de ejercicio que ayudan a mejorar la digestión
No todos los entrenamientos actúan igual sobre el sistema digestivo. Algunos generan más beneficios por su impacto suave y constante en el cuerpo.
Caminatas suaves
Caminar es uno de los ejercicios más recomendados para mejorar la digestión. No exige demasiado al cuerpo y activa el sistema gastrointestinal.
Caminar después de las comidas puede ayudar a procesar mejor los alimentos. También alivia la sensación de pesadez.
Recomendación: realiza caminatas de 20 a 30 minutos, al menos cinco veces por semana. Si puedes, hazlo después del almuerzo o la cena.
Yoga para la salud digestiva
El yoga estimula la movilidad intestinal mediante posturas que comprimen y liberan órganos abdominales. Estas posturas mejoran la circulación y reducen el estrés.
Posturas útiles:
- La torsión espinal.
- Postura del niño.
- Postura del puente.
- Postura del gato y la vaca.
Estas posiciones alivian gases, mejoran la digestión y estimulan el tránsito intestinal.
Ejercicios de bajo impacto
El pilates, el tai chi o la natación también benefician la salud digestiva. Estos movimientos suaves favorecen la oxigenación celular y reducen la inflamación general.
Son actividades perfectas para personas con digestión lenta o molestias frecuentes. No solo mejoran la digestión, también promueven el bienestar general.
Entrenamiento cardiovascular moderado
El ejercicio aeróbico mejora el ritmo cardíaco y la circulación. Esto potencia la función digestiva, aunque es preferible evitarlo justo después de comer.
Actividades como correr suave, andar en bicicleta o elíptica a ritmo medio ayudan a mantener activa la movilidad intestinal.
Recomendación: espera entre 1 a 2 horas luego de comer antes de hacer ejercicio intenso.

Ejercicios que no se recomiendan justo después de comer
Aunque el ejercicio es positivo, hay que tener cuidado con el momento en que se realiza. Algunos movimientos pueden interferir con la digestión si se hacen demasiado pronto.
Evitar actividades de alta intensidad post comida
El entrenamiento de alta intensidad, los ejercicios pliométricos o levantar pesas pesadas inmediatamente después de comer puede generar molestias digestivas.
Estos movimientos desvían el flujo sanguíneo desde el sistema digestivo hacia los músculos, dificultando la digestión.
No hacer abdominales después de comer
Ejercitar el abdomen justo después de una comida puede provocar reflujo, acidez o náuseas. Espera al menos 1 hora antes de trabajar esa zona.
Es mejor realizar estiramientos o caminatas suaves si deseas movilizar el cuerpo tras comer.
Consejos para potenciar la digestión con ejercicio
Aplicar ciertos hábitos puede marcar una gran diferencia en tu salud digestiva. Aquí algunos consejos para maximizar los beneficios del ejercicio:
Mantén la constancia
Moverte cada día favorece una buena movilidad intestinal. No se necesita entrenar duro, basta con ser constante.
Encuentra actividades que disfrutes y puedas sostener en el tiempo.
Escucha tu cuerpo
Si sientes hinchazón o malestar, opta por ejercicios suaves. El yoga y las caminatas suelen ser bien tolerados en estos casos.
Evita forzar tu cuerpo cuando tu digestión no está en su mejor momento.
Hidrátate bien
El agua facilita el tránsito intestinal. Asegúrate de tomar suficiente líquido, sobre todo si realizas ejercicio con frecuencia.
Una buena hidratación también reduce la posibilidad de estreñimiento.
Evita entrenar con el estómago lleno
Realiza las comidas al menos una hora antes de entrenar. Así, evitarás molestias y permitirás que el cuerpo se enfoque en digerir primero.
Si deseas moverte después de comer, elige una caminata tranquila o algunos estiramientos suaves.
Mover el cuerpo de forma consciente puede ayudarte a mejorar la digestión y mantener una buena salud digestiva. No hace falta realizar entrenamientos exigentes para lograrlo.
Actividades como caminar, hacer yoga o entrenar con suavidad estimulan la movilidad intestinal, alivian la inflamación y mejoran tu bienestar general.
Elige el tipo de actividad física que mejor se adapte a ti. Hazlo con regularidad, escucha tu cuerpo y verás cambios reales en cómo te sientes cada día. Porque moverse también es una forma de cuidar tu digestión.







