Cada persona busca la mejor forma de optimizar su rutina de ejercicios. En los últimos años, entrenar en ayunas se ha convertido en una tendencia popular, especialmente entre quienes buscan perder grasa o mejorar su disciplina.
Sin embargo, no todos los cuerpos reaccionan igual. Mientras algunos aseguran sentirse ligeros y con más energía, otros notan una caída en el rendimiento físico.
La elección entre entrenar en ayunas o hacerlo después de comer depende de muchos factores: tus objetivos, tu tipo de entrenamiento y cómo responde tu metabolismo.
En este artículo analizamos los beneficios, riesgos y recomendaciones para decidir qué opción es la más adecuada para ti.

¿Qué significa realmente entrenar en ayunas?
Entrenar en ayunas consiste en realizar actividad física sin haber consumido alimentos durante varias horas, normalmente después de una noche de sueño.
Durante el ayuno, los niveles de glucosa en sangre son más bajos, por lo que el cuerpo recurre a la grasa almacenada como fuente de energía.
Este método se aplica comúnmente en el entrenamiento matutino, ya que es cuando el cuerpo ha pasado más tiempo sin ingerir comida.
Beneficios de entrenar en ayunas
1. Aumento del uso de grasa como energía
El principal argumento a favor de entrenar en ayunas es que promueve la oxidación de grasas. Sin reservas inmediatas de glucosa, el cuerpo aprovecha los lípidos como combustible.
Esto puede favorecer la composición corporal y apoyar los objetivos de definición. Sin embargo, no garantiza una mayor pérdida de grasa total si la dieta no está equilibrada.
2. Mejora la sensibilidad a la insulina
El ejercicio sin alimentos previos puede aumentar la eficiencia del cuerpo para utilizar la glucosa. Esto beneficia el control del azúcar en sangre y la respuesta metabólica posterior.
Una mejor función del metabolismo puede ayudar a mantener estables los niveles de energía durante el día.
3. Práctico para quienes prefieren un entrenamiento matutino
Muchas personas eligen entrenar en ayunas por comodidad. Les permite empezar el día sin preocuparse por comer temprano o digerir alimentos pesados antes del ejercicio.
Esta opción puede ahorrar tiempo y facilitar la constancia en la rutina.
Desventajas de entrenar en ayunas
1. Disminución del rendimiento físico
Algunos estudios sugieren que el rendimiento puede verse afectado durante actividades intensas. Al tener menos glucógeno disponible, el cuerpo puede fatigarse más rápido.
Esto impacta en deportes de fuerza, velocidad o alta intensidad, donde la energía inmediata es esencial.
2. Riesgo de hipoglucemia o mareos
Entrenar sin comer puede causar sensación de debilidad, náuseas o mareo, especialmente en personas no acostumbradas al ayuno.
Por eso, se recomienda aumentar la intensidad de forma progresiva y escuchar las señales del cuerpo.
3. Dificultad para ganar masa muscular
El crecimiento muscular requiere un balance positivo de energía. Al entrenar en ayunas, puede faltar el combustible necesario para estimular la síntesis proteica de manera óptima.
Esto no significa que sea imposible progresar, pero sí que podría ser menos eficiente en programas de fuerza o hipertrofia.
Entrenar con comida: beneficios y ventajas
1. Mayor energía disponible
Consumir alimentos antes de entrenar garantiza niveles adecuados de glucosa y aminoácidos, lo que optimiza el rendimiento físico.
Un pequeño desayuno equilibrado puede aumentar la resistencia y la concentración durante la sesión.
2. Mejora la recuperación muscular
Comer antes y después del ejercicio favorece la reparación muscular y repone las reservas de glucógeno. Esto permite entrenar con más frecuencia y menos fatiga acumulada.
3. Reduce el riesgo de mareos o debilidad
Ingerir alimentos antes de la actividad ayuda a mantener estable el azúcar en sangre. Es ideal para quienes realizan ejercicios de alta demanda energética.

Qué comer antes de entrenar
Si prefieres no entrenar en ayunas, opta por comidas ligeras y fáciles de digerir. Algunas opciones recomendadas son:
- Un plátano con yogur natural.
- Pan integral con mantequilla de maní.
- Avena con leche o bebida vegetal.
- Un batido con fruta y proteína.
Evita los alimentos pesados o ricos en grasa justo antes del ejercicio, ya que pueden generar molestias estomacales.
Cómo afecta el metabolismo cada opción
El impacto en el metabolismo depende de la duración e intensidad del ejercicio.
- Entrenar en ayunas puede activar mecanismos de oxidación de grasa, pero el cuerpo se adapta con el tiempo.
- Entrenar después de comer estimula la síntesis muscular y puede mejorar el equilibrio energético diario.
En ambos casos, mantener una alimentación equilibrada y suficiente es más importante que el momento exacto de comer.
¿Qué opción elegir para tu entrenamiento matutino?
Si tu objetivo es perder grasa
El entrenamiento en ayunas puede ser útil si lo realizas con intensidad moderada y mantienes una dieta controlada.
Combina sesiones de cardio con ejercicios de fuerza ligera para obtener mejores resultados.
Si tu objetivo es ganar masa o fuerza
Entrenar después de comer es más recomendable. Permite mantener un rendimiento físico alto y favorece la recuperación muscular.
Ingiere una comida rica en carbohidratos y proteínas 60-90 minutos antes del entrenamiento.
Si buscas salud y bienestar general
Ambas opciones son válidas. Lo ideal es elegir la que mejor se adapte a tus horarios, energía y preferencias personales.
Lo importante es la constancia y la calidad del entrenamiento, no el momento exacto de comer.
Consejos para entrenar en ayunas de forma segura
- Hidrátate antes y durante el ejercicio.
- Empieza con sesiones cortas de 20-30 minutos.
- Prioriza actividades de intensidad baja o media.
- Aumenta la carga progresivamente.
- Come algo nutritivo al finalizar, como fruta o proteína.
Siguiendo estas pautas, podrás aprovechar los beneficios del ayuno sin comprometer tu salud ni tu rendimiento físico.
No existe una única respuesta. Tanto entrenar en ayunas como hacerlo después de comer tienen ventajas y limitaciones.
El éxito depende de tu nivel de experiencia, tu objetivo y cómo responde tu metabolismo.
Si disfrutas del entrenamiento matutino sin comida y te sientes con energía, puedes seguir haciéndolo. Pero si notas fatiga o bajo rendimiento, tal vez sea momento de probar una comida ligera antes de entrenar.
En última instancia, la mejor opción será la que te permita mantener la constancia, sentirte bien y disfrutar del proceso.