La importancia de la movilidad en tu rutina de entrenamiento

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Cuando se piensa en entrenar, muchas veces se prioriza la fuerza o el cardio, dejando de lado el trabajo de movilidad. Sin embargo, esta capacidad es clave para moverse mejor, con menos dolor y más eficiencia. Si querés avanzar en tu entrenamiento sin arriesgar tu cuerpo, incorporar ejercicios de movilidad puede marcar la diferencia.

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¿Qué es la movilidad y por qué es importante?

La movilidad es la capacidad de una articulación para moverse de forma libre y controlada en todo su rango de movimiento. A diferencia de la flexibilidad, que se enfoca en los músculos, la movilidad articular implica control neuromuscular, fuerza y estabilidad.

Tener buena movilidad permite realizar ejercicios con mejor técnica, reducir el riesgo de lesiones y mantener el cuerpo funcional en el día a día.

Beneficios de trabajar la movilidad

Hacer ejercicios de movilidad tiene beneficios concretos y medibles, tanto si estás empezando como si entrenás hace años.

Prevención de lesiones

Una buena movilidad articular ayuda a distribuir mejor las cargas y evita compensaciones. Esto reduce el riesgo de torceduras, desgarros y molestias crónicas.

Mejora del rendimiento físico

Cuando el cuerpo se mueve con libertad, podés ejecutar ejercicios de fuerza o velocidad con mayor amplitud y control. Eso mejora tu desempeño.

Menor rigidez y más fluidez

El trabajo de movilidad alivia tensiones musculares y articulares. Vas a sentirte más liviano, ágil y con mayor libertad de movimiento.

Mejora de la postura

Movilizar zonas como la columna, las caderas o los hombros favorece el alineamiento corporal. Esto tiene impacto en tu postura diaria y también en el entrenamiento.

Diferencia entre movilidad y flexibilidad

Aunque muchas veces se confunden, no son lo mismo. La flexibilidad es la capacidad de estirar un músculo. La movilidad implica mover una articulación con control, fuerza y estabilidad.

Podés ser muy flexible, pero si no tenés fuerza para sostener ese rango de movimiento, tu movilidad articular es limitada. Por eso, conviene trabajar ambas capacidades de forma complementaria.


El rol de los estiramientos dinámicos

Los estiramientos dinámicos son una herramienta eficaz para activar el cuerpo antes de entrenar. A diferencia de los estáticos, implican movimiento y activación muscular.

Ejemplos útiles de estiramientos dinámicos:

  • Círculos de brazos y hombros
  • Balanceo de piernas de adelante hacia atrás
  • Desplantes con rotación de torso
  • Movimientos de cadera en distintas direcciones
  • Caminata con rodillas al pecho

Estos ejercicios mejoran la circulación, despiertan el sistema nervioso y preparan al cuerpo para el esfuerzo.

¿Cómo incluir movilidad en tu rutina?

No necesitás grandes bloques de tiempo. Con 5 a 10 minutos por sesión podés lograr mejoras visibles. La clave es la constancia.

Antes de entrenar

Usá estiramientos dinámicos y movimientos articulares. Activás los músculos y mejorás el rango de movimiento.

Después de entrenar

Puedes hacer ejercicios suaves o flexibilidad estática para relajar el cuerpo y facilitar la recuperación.

En días de descanso

Hacer una rutina corta de movilidad articular ayuda a mantener la circulación, reducir tensiones y mover el cuerpo sin fatiga.

Zonas clave

Algunas articulaciones suelen estar más limitadas por la vida sedentaria. Te recomendamos enfocarte especialmente en:

Columna torácica y lumbar

Movimientos de rotación, flexión y extensión ayudan a evitar rigidez y mejorar la postura.

Caderas

Rotaciones, desplazamientos y sentadillas profundas favorecen la movilidad articular en una zona clave para casi todos los ejercicios.

Tobillos

Movilizar esta zona mejora la estabilidad, el equilibrio y la técnica en sentadillas o saltos.

Hombros

Círculos, rotaciones y estiramientos dinámicos previenen molestias al entrenar con peso por encima de la cabeza.

Consejos para avanzar sin frustraciones

Mejorar la movilidad lleva tiempo, pero es una inversión a largo plazo. Acá van algunos consejos para mantener la motivación:

  • Muévete todos los días, aunque sea 5 minutos
  • No busques “estirar más”, sino moverte con control
  • Combina movilidad con ejercicios de fuerza
  • Si sientes dolor, evita forzar la articulación
  • Usa herramientas como bandas o bastones si necesitás apoyo

Trabajar la movilidad no tiene que doler. Si algo molesta, retrocedé un paso y progresá con paciencia.


La movilidad es una capacidad fundamental para cualquier persona que entrene, sin importar su nivel. Mejora la flexibilidad, fortalece las articulaciones y hace que el cuerpo se mueva con más eficiencia. Además, reduce el riesgo de lesiones y potencia el rendimiento en cada sesión.

Incluir ejercicios de movilidad articular y estiramientos dinámicos no requiere mucho tiempo. Lo importante es incorporarlos de forma regular y adaptarlos a tus necesidades. Si quieres un cuerpo fuerte, ágil y funcional, empezar a trabajar esta ténica es el paso correcto. Tu cuerpo lo va a agradecer.

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